Los destinos eran objeto de la mayor preocupación de Nuestro Padre. “El señalar el destino a cada Hermano, decía, es la atribución más importante y más difícil del Superior.
Es la función más importante, porque de la organización de la Comunidad depende su prosperidad durante el año, el contento de los Hermanos, la paz y la unión entre ellos y el acierto en la enseñanza.
Un solo Hermano, que no esté en su lugar o no sea capaz de desempeñar su labor, basta algunas veces para introducir el malestar en una Comunidad.
Disponía la Comunidad del Hermitage de una imagen de la Virgen - la que presidía la Capilla del Bosque - de la cual pendía un corazón de plata. Introducía el papel de la lista de los destinos dentro del corazón, que se podía abrir.
Nuestro Padre aprovechaba entonces para recordar a los Hermanos que estaban todos dentro del Corazón de María y que, por lo tanto, estaban seguros y no había que temer nada.
Cuestionario
- ¿Somos conscientes de nuestra responsabilidad, de nuestro "destino"?
- ¿Confiamos en que Dios guía nuestros pasos y escuchamos su voz o vamos actuando por impulsos?
-"…recordar a los hermanos que estaban dentro del corazón de María", ¿qué cosas nos hacen sentirnos inseguros? Vamos a ponerlas como Marcelino en el corazón de María pidiéndole su guía y su protección.